Chile, 04 de julio de 2025

Durante la gira tecnológica por Estados Unidos y México, el equipo de AquaPacífico levantó aprendizajes clave en torno a estrategias de venta, marketing territorial y formatos de consumo, con el objetivo de trabajar en el diseño de un modelo de comercialización para posicionar la ostra japonesa en el mercado chileno.

En el marco del Programa Tecnológico de Diversificación Acuícola en el Recurso Ostra Japonesa (PTEC Ostra) de la Universidad Católica del Norte (UCN), parte del equipo de AquaPacífico realizó una gira tecnológica por Estados Unidos y México, con foco en conocer estrategias exitosas de promoción y comercialización de este recurso. La delegación estuvo compuesta por Claudia Soto, directora ejecutiva del Centro, y Daniel Arriagada, gestor de proyectos, quienes participaron junto al equipo del PTEC Ostra e investigadores del programa, el Dr. Jesús López y el Mg. Germán Lira.

Como coejecutor del programa, AquaPacífico tiene a su cargo el desarrollo del portafolio N°5, enfocado en la promoción del consumo, diseño e implementación de un modelo de negocio y estrategias de comercialización de la Ostra Japonesa. En ese contexto, la gira permitió levantar aprendizajes clave para adaptar buenas prácticas internacionales a la realidad chilena.

Gastronomía, identidad territorial y marketing acuícola

El recorrido comenzó en Estados Unidos con visitas a empresas referentes como Taylor Shellfish Farms, Hama Hama Oyster Company y Chelsea Farms. En ellas, el equipo conoció modelos integrales de producción, comercialización directa y promoción del consumo de ostras en distintos formatos para el mercado nacional e internacional.

“Estas experiencias nos permitieron ver cómo el consumo de ostras se integra con la gastronomía, la identidad local y la educación del consumidor. No se trata sólo de vender un producto, sino de generar una experiencia”, comentó Claudia Soto y agregó que “en lugares como Hama Hama, por ejemplo, el relato del territorio y del producto es parte de la propuesta de valor que impulsa la demanda”.

Destacó también la importancia de la diversidad de productos en función del mercado y el concepto de merroir (el «terroir del mar»), que valora las características organolépticas que adquiere la ostra según el lugar donde se cultiva. “Aprendimos que no se comercializa una única ostra, sino una variedad de ellas con nombres, historias y perfiles de sabor distintos, asociados a un territorio y forma de cultivo”, puntualizó.

Para Daniel Arriagada los modelos de negocio, por un lado, tienen un fuerte componente de la identidad local (de dónde provienen, su historia de producción, etc.) y por otro, requieren de una importante colaboración y compromiso entre las diferentes partes que componen la cadena de valor.

“Se trata de un producto que tiene relación con el desarrollo de las comunidades locales, por lo tanto, por ese lado, se necesita hacer un marketing y promoción del consumo potente. Por otro lado, también está el hecho de que para que este sector ostrícola o de producción de ostra, exista debe haber una fuerte colaboración dentro de la cadena de valor. Por ejemplo, en la distribución de la semilla o en los productos que están engordados o en las estrategias de cultivo. Todo eso genera o deriva en un producto con un sello propio e identidad de local”, enfatiza.

Adrienne Anderson, encargada gastronómica de Hama Hama Oyster Saloon, indicó que se encuentran ubicados en el Canal Hood que forma parte del “Salish Sea”, una red geográfica de vías fluviales que incluye el Puget Sound, el Estrecho de Juan de Fuca y varias bahías más pequeñas alrededor del Sound.

“Cada uno de estos cuerpos de agua produce ostras con un sabor muy diferente y también una historia distinta sobre cómo se han cultivado. Distintas personas usan diferentes tecnologías, métodos y factores, ya sea por tradición, productividad o simplemente por lo que tienen disponible y la escala de su negocio. Si son más pequeños, pueden tener una forma diferente de cultivar ostras que las operaciones más grandes”, explicó y añadió que “la gente no sólo está comprando ostras, está comprando la experiencia de que alguien les cuente un poco sobre la ostra, qué significa su sabor, cómo cocinarla”.

“Realmente es maravilloso tener un lugar donde puedes ver exactamente de dónde vienen las ostras, hablar de cómo las cultivamos, presentarte a la gente que las cultiva y luego servir las ostras para que tengas la experiencia de que llegan directamente del agua a tu plato”, destacó. 

Visitas a hatcheries, tecnologías de preengorda y modelo de acuicultura integral

Durante la gira en EE. UU. también se visitaron centros de producción de semillas como el hatchery de Taylor y Whitney Shellfish, y sistemas flupsy de preengorda en mar a distintas escalas productivas. Estas instancias fueron claves para conocer las tecnologías que respaldan la trazabilidad y calidad del producto.

Conexión con experiencias mexicanas y modelo de acuicultura de pequeña escala

En México, el recorrido incluyó encuentros con instituciones como el CICESE, la UABCS, COVITECS-CIBNOR y diversos centros productivos como la Granja La Palizada, Sol Azul y la Granja de Ostras Litoral de Baja California. Allí se profundizó en modelos de acuicultura integral que combinan ciencia, vinculación comunitaria y estrategias de mercado.

“Estas visitas nos permiten proyectar una hoja de ruta para el desarrollo del portafolio de comercialización en Chile, que considera tanto el producto como su entorno social y territorial”, señaló Claudia Soto.

El equipo concluyó que una de las estrategias más prometedoras a corto plazo será la promoción del consumo en formato fresco para restaurantes y hoteles, como puerta de entrada para posicionar la ostra japonesa en el mercado chileno.

Con estas experiencias, AquaPacífico fortalece su rol como articulador entre ciencia, tecnología y mercado, avanzando hacia una acuicultura sostenible, diversa e inclusiva.

Nota a los editores:

AquaPacífico es un Centro de Innovación Acuícola para la zona centro norte de Chile surgido de la alianza de dos instituciones que llevan más de 40 años desarrollando este ámbito científico productivo: la Universidad Católica del Norte (UCN) y Fundación Chile (FCH). Con el apoyo de CORFO, y posteriormente ANID, se concretó la unión de estas capacidades, en una nueva plataforma que realiza, fomenta e impulsa la acuicultura, tanto regional como nacional, mediante el desarrollo de procesos de I+D+i orientados a la creación de nuevos productos o servicios de alto valor y potencial de mercado.

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