En un movimiento sin precedentes, la chilena Codelco —la mayor productora de cobre del mundo— ha ofrecido a sus clientes europeos un sobreprecio de 325 dólares por tonelada para 2025. Esta cifra representa un aumento del 39% respecto a la prima establecida para este año, lo que marca un nuevo hito en el mercado físico del metal rojo.
El dato, confirmado por tres fuentes del mercado del cobre, no fue comentado oficialmente por la estatal chilena. Sin embargo, su impacto no necesita palabras oficiales para dejarse sentir: se trata del mayor sobreprecio jamás registrado por Codelco para sus entregas físicas en el continente europeo.
Este sobreprecio, conocido como prima, se suma al valor de los contratos en la Bolsa de Metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés), y suele funcionar como referencia para acuerdos globales en la venta física del cobre, un metal esencial en sectores como la construcción, la energía y la manufactura de tecnologías limpias.
La tensión que vive el mercado mundial de cobre ha quedado al desnudo. Durante la última semana, el precio del cobre en la LME rozó los 11,000 dólares por tonelada, un valor no visto en los últimos 16 meses. Al cierre de este jueves, se ubicaba en torno a los 10,600 dólares, cifra que, aunque ligeramente menor, sigue reflejando la inquietud global por un posible desabasto.
Y no es para menos. La cadena de suministro del cobre ha enfrentado este año varios golpes. Uno de los más significativos ocurrió en septiembre, cuando Freeport-McMoRan —otra de las grandes del sector— declaró fuerza mayor en su mina Grasberg, ubicada en Indonesia, luego de un deslizamiento de tierra. Este yacimiento es el segundo mayor del mundo, y cualquier interrupción allí genera ondas expansivas en toda la industria.
También se han registrado interrupciones en la mina Kamoa-Kakula, en la República Democrática del Congo, así como en El Teniente, otra mina clave operada por la propia Codelco en el centro de Chile. Cada uno de estos eventos ha contribuido al nerviosismo que hoy domina las operaciones físicas del cobre.
No es casualidad, por tanto, que Aurubis, el mayor refinador de cobre de Europa, también haya decidido aplicar un sobreprecio histórico para sus clientes en 2025. Según fuentes del mercado, la empresa alemana cobrará 315 dólares por tonelada, apenas por debajo de la cifra establecida por Codelco. Este tipo de decisiones indican que la tendencia alcista no es exclusiva de los productores, sino que alcanza toda la cadena de valor.
Cabe recordar que Codelco suele marcar el pulso del mercado físico de cobre con sus decisiones de primas. Por eso, cuando la compañía sube su sobreprecio, el mensaje que recibe el mundo es claro: hay riesgos reales de escasez, y quienes quieran asegurar suministro deberán pagar más.
Este fenómeno tiene implicaciones de fondo. La transición energética mundial, que depende fuertemente del cobre para expandir redes eléctricas, fabricar turbinas eólicas o producir vehículos eléctricos, está chocando con los límites físicos de producción minera. En un escenario como este, cada interrupción, cada retraso en un proyecto o cada fenómeno climático inesperado pone presión sobre los precios.
Desde una perspectiva regional, Europa aparece hoy como uno de los mercados más sensibles. La necesidad de asegurar materiales estratégicos ha cobrado una importancia crítica, sobre todo tras los reacomodos geopolíticos provocados por la guerra en Ucrania y la dependencia energética reducida de Rusia. En este contexto, asegurar cobre refinado desde América Latina —y particularmente desde Chile— se convierte en una prioridad industrial.
Codelco, a pesar de enfrentar desafíos operativos y financieros propios, está logrando capitalizar su prestigio como proveedor confiable y de bajo riesgo geopolítico. Aunque el aumento en la prima puede parecer oneroso para sus clientes, también es una forma de garantizar el flujo estable de un insumo esencial.
Desde el punto de vista minero, esta situación reafirma el papel central que América Latina juega en la economía global. Las minas chilenas, peruanas y mexicanas sostienen buena parte de la oferta mundial de cobre, y lo seguirán haciendo si se les brinda el respaldo regulatorio, ambiental y comunitario necesario.
La advertencia está sobre la mesa. El cobre no solo vale más: también escasea más. Y quienes dominan su producción física tienen, hoy más que nunca, la capacidad de influir en las condiciones del mercado. Codelco lo sabe, y con esta prima récord, lo deja muy claro.













































