- El 9 de mayo terminó el plazo para que las personas naturales puedan realizar su proceso de Operación Renta.
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A pesar de que el proceso está por finalizar, hay muchas personas nuevas en el mundo de la inversión inmobiliaria, quienes se sorprendieron pagando más impuestos de lo planificado, desconociendo cómo mejorar el proceso.
Santiago, mayo 2025.- Nos encontramos en los últimos días del proceso de Operación Renta 2025, si bien éste culmina el 9 de mayo para las personas naturales, gran parte de la población ya realizó los trámites correspondientes y en estos días se encuentran esperando la fecha para recibir el dinero de la devolución de impuestos. Pero, a pesar de que sea un trámite habitual, para el creciente número de chilenos que decidió invertir en propiedades inmobiliarias, el proceso fue totalmente nuevo y en muchos casos poco satisfactorio por no conocer lo que deben declarar o no.
Frente a esto, es que muchos de los nuevos inversionistas inmobiliarios se preguntan si están tributando de forma eficiente, si cumplen con todas las normativas vigentes, y si a futuro existe la posibilidad de disminuir la carga impositiva. Para responder estas preguntas, además de entregar una guía fundamental con qué se debe saber al momento de la declaración de renta, es que Manuel Maneiro, CEO y Co-Fundador de RentaDays, destaca lo más importante: no todos los inversionistas deben tributar igual.
El experto señala que en el proceso influyen múltiples factores: desde el número de propiedades hasta la forma en que están inscritas (persona natural, empresa, o empresario individual), sin olvidar el régimen matrimonial o el tipo de renta que perciben.
DFL2: el gran aliado (pero con límites)
Dentro de los beneficios tributarios que pueden encontrar los inversionistas inmobiliarios se encuentra el DFL2 (Decreto con Fuerza de Ley 2), el cual busca fomentar la inversión en viviendas, y que dentro de sus ventajas destaca la exención de impuestos sobre los ingresos que se reciben a través de la renta. Sin embargo, esta facultad es aplicable para propiedades de menos de 140 m² y con avalúo fiscal acotado, indica Maneiro.
Actualmente dicho beneficio está ligado a la persona, no a la propiedad, lo que significa que solo se pueden tener dos unidades DFL2 por persona. Otra de sus características es que además es irrenunciable, lo que limita algunas estrategias de planificación tributaria.
En el caso de los inversores que adquieren dos propiedades, y buscan invertir en más, con el beneficio DFL2, la opción es crear una Sociedad por Acciones (SPA) o formalizarse como empresario individual. Esta estructura permite acceder a una serie de beneficios tributarios que no están disponibles para personas naturales, tales como:
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Devolución del IVA por la compra de propiedades nuevas.
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Deducción de gastos operacionales, como reparaciones y mantenciones.
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Depreciación de los inmuebles como activos de la empresa.
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Tributación sobre utilidades reales, lo que puede llevar a pagar cero impuestos si los ingresos y egresos se equilibran.
¿Renta tradicional o renta corta?
Al momento de maximizar los beneficios durante el proceso de Operación Renta, es necesario considerar que el arriendo de propiedades que estén amobladas, paga IVA, mientras que las que no lo están, se encuentran exentas. Por esto, es que al momento de invertir en el mercado inmobiliario sale mucho más rentable a largo plazo hacerlo con una propiedad amoblada, y dentro de estos es que surgen dos modelos: arriendo tradicional o renta corta.
Este último ha ganado más adeptos durante el último tiempo, y es que la renta corta, o temporal, resulta ser más beneficiosa, ya que genera ingresos más rápidos que el arriendo tradicional, se puede disponer de la propiedad cuando se necesite, y sus precios de arriendo pueden aumentar durante épocas estivales. “Al facturar con IVA, los inversionistas pueden recuperar el IVA de la compra del inmueble y también deducir gastos operacionales relacionados, siempre que estén organizados como empresa o empresario individual”, agrega Manuel Maneiro.
Además, si se trabaja con un administrador de propiedades profesional, este tiene la obligación legal de realizar las declaraciones juradas correspondientes (como la 1835) ante el SII, lo que permite al inversionista mantenerse en regla sin mayor complicación. Y es que en esta línea es fundamental contar con la asesoría de expertos y no improvisar.
“Cada situación es distinta, y la planificación tributaria debe considerar el contexto completo del inversionista. Lo ideal es trabajar con un contador o asesor tributario que entienda tanto el mundo inmobiliario como las normativas actuales. Con una estrategia adecuada, es posible invertir con inteligencia, pagar lo justo y aprovechar al máximo cada beneficio tributario disponible”, finaliza Maneiro.