Tras la recuperación de la economía mundial, luego de la pandemia por el covid-19, los precios de las materias primas en casi la totalidad de las industrias comenzaron a aumentar considerablemente. Esto debido a los “cuellos de botella” que hoy en día siguen afectando al rubro de la logística y que causan estragos en las cadenas de suministro, provocando demoras que ponen en jaque diferentes sectores industriales, incluidos los proyectos asociados a la generación de energía limpia.

 

La problemática inició con el aumento de los costos del combustible y metales como el cobre, aluminio y acero, así como con la escasez de contenedores y barcos que retrasaron innumerables proyectos renovables y rebasaron el presupuesto. Sin embargo, con el pasar de los meses la situación logística comenzó a “normalizarse”, pero los operadores marítimos se mostraron menos inclinados a transportar componentes extremadamente grandes, como aspas de turbinas eólicas.

 

Además, los proveedores de cables, paneles y otros componentes de generación de energía tuvieron que aumentar los precios de sus productos debido al incremento en los costos de su materia prima. Por ello, proyectos de energía como los solares se vieron en la necesidad de aumentar entre un 10% y un 20% en los últimos 12 meses, explicó Paul Skurdahl, vicepresidente Senior y Líder de Soluciones Renovables en Black & Veatch, durante el evento ‘Futuro de los renovables’ organizado por Reuters.

 

“En muchos casos, los precios de la energía que estaban establecidos cuando se aprobaron estos proyectos ya no respaldan económicamente al proyecto, y las empresas finalmente tendrán que renegociar los términos con sus propios clientes”, destacó el ejecutivo.

 

Asimismo, Skurdahl reveló que, para llevar a término los proyectos de energías renovables, “necesitamos planificar plazos de entrega más largos”. Por su parte, Rael McNally, director de Global Renewable Power del gestor de inversiones BlackRock, conluyó que, si bien se espera que los precios de las materias primas bajen desde los máximos recientes, “el nivel de fatiga en el sistema es palpable”, y enfatizó que los desarrolladores deben centrarse en mantener bajos los costos indirectos.

 

Los expertos invitados al evento coincidieron en que las nuevas tecnologías y el despliegue más inteligente de las ya existentes pueden ayudar a la industria de las energías renovables a sortear los problemas de la cadena de suministro y el aumento de los costos. Por ejemplo, Danielle Merfeld, directora de Tecnología de GE Renewable Energy, explicó que el uso de aspas eólicas segmentadas que son más fáciles de transportar o el de torres que se construyen localmente y requieren menos acero, así como las verificaciones con drones y los avances en inteligencia artificial que permiten la administración remota del sistema y menos visitas a los sitios son acciones que mantienen los costos bajos y al personal más seguro.

 

Otra preocupación de la industria es la integración de fuentes renovables en redes obsoletas de energía. “No podemos darnos el lujo de esperar. Necesitamos una política que respalde la velocidad de esta transición porque no sucederá al ritmo correcto por sí sola”, destacó Merfeld. “Necesitamos la evolución del mercado para respaldar los comportamientos correctos y la sofisticación para que la transición sea más fluida”, finalizó la ejecutiva.

 

En resumen, el grupo concluyó que para superar los desafíos que hoy en día enfrenta la industria es necesario implementar nuevos modelos de gestión e incentivos para la transición energética que impulsen el compromiso e interés por la construcción de una matriz energética mundial más ecológica.

 

Para leer más detalles de este encuentro, puede descargar el informe completo aquí.

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